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La vida y otros cuentos

Descubrimientos en los tiempos del «Coronavirus»

4 comentarios

Con la de cosas que yo tenía planeadas para esta primavera y heme aquí, de repente, con motivo del «Coronavirus», confinada ya siete días, reduciéndose mi vida a las cuatro paredes de mi casa. Sin embargo, en estos días, he descubierto, de momento, que la terraza y el pasillo de mi casa son algo más que simples estancias a las que, hasta ahora, no prestaba atención alguna.

La terraza es grande y siempre he querido cerrarla. No sé porqué, la mayoría de los que tenemos terrazas en nuestros pisos, acabamos cerrándolas. Ahora, me doy cuenta de la importancia de tenerla al aire libre. La disfruto todos los días, camino por ella, observo el horizonte, sintiendo una indescriptible sensación de libertad. No tengo cerca ningún edificio, solo veo campo y a lo lejos, la autopista. Una de las cosas que más me gustan, es acercarme al poyete, dejando al aire la mitad de mi cuerpo para abrir los brazos y coger aire con todas mis fuerzas como si tuviese la necesidad de guardarlo para después.

Otro de los descubrimientos que me brinda la terraza, es contemplar el atardecer. Nunca antes lo había experimentado y es algo que no me quiero volver a perder porque me llena de gozo. 20200314_192352

También quiero contemplar el amanecer. Es otro de los descubrimientos pendientes para los próximos días de confinamiento.

En el interior de mi casa, está el pasillo. Un pasillo largo, amplio, con recodo, que la mayoría de las veces me resulta pesado recorrer por las prisas que llevo.

Ahora, por el pasillo corro, un, dos, tres, cuatro…, me detengo, vuelvo a correr, me detengo, y en un determinado momento, observo  con especial interés, que hace tiempo no tenía, los cuadros que están colgados en las paredes. Son cuatro lienzos que me regaló un buen amigo, pintor, al que hace años que no veo y que, en estos momentos, le siento muy cerca a través de ellos. Mirar sus cuadros me hace sentir nostalgia del tiempo en el que estuvimos juntos. Recuerdo su nerviosismo cuando se aproximaban las fechas para exponer sus obras y las largas jornadas organizando el recinto, poniendo las «cartelas»  con los datos de cada cuadro. Un tiempo de largas noches en cafés, donde esperaba convencido de que más pronto que tarde, le llegaría la fama y el reconocimiento.

Son cuadros de un realismo abstracto. Sus formas de líneas onduladas predominando los tonos ocres, marrones y verdes, me recuerdan a la meseta castellana. Esa sensación de aridez, de llanura, de estepa. Me llama mucho la atención el papel que juega el cielo en sus cuadros, las tonalidades que marca el autor en cada lienzo. Imagino las estaciones del año a través de la luz que reflejan. En alguno, la mezcla de grises y azules, barrunta el comienzo de una tormenta en primavera. En otro, el color del cielo es de un azul intenso que me recuerda los veranos de Castilla bajo ese cielo abrasador.

Realmente, me conmueve sentir y descubrir espacios, placeres y sensaciones que estaban ahí pero que, por el poco tiempo de que disponemos en nuestro día a día, los había olvidado. En estas circunstancias, ese bien tan preciado que es el tiempo,  se transforma, poniéndose a mi disposición para disfrutarlo plenamente.

No todo es negativo en el confinamiento si se juntan el tiempo y la imaginación. Seguiré practicando con avidez este nuevo descubrimiento que consiste en descubrir lo que tenemos pero no lo apreciamos.

«Lo que hoy no se valora en un futuro se lamenta»

 

 

 

 

 

 

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Autor: marylia4

Madrileña, aficionada a escribir, socialista, cinéfila, amante de la música, cocinitas, inquieta, decidida, curiosa por la vida..... y otros cuentos.

4 pensamientos en “Descubrimientos en los tiempos del «Coronavirus»

  1. Avatar de mont1977

    Que envidias en estos tiempos tener una buena terraza…yo el otro día me corrí 25 minutos en la cocina…quien lo iba a imaginar…jaja

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  2. Avatar de Mano negra

    Qué locura cerrar una terraza.
    En mi fachada, ventidós terrazas, deben quedar dos o tres.
    Mi madre, ya nonagenaria, leía y tomaba el sol de invierno y decía que la gente era tonta por cerrar las terrazas.

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