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La vida y otros cuentos

Crónica de viaje por tierras francesas. Normandía y Bretaña.

7 comentarios

 

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Aeropuerto de Madrid-Barajas

Día 1.- Dispuestos a emprender un viaje que desde hacía mucho tiempo queríamos hacer. Salimos del aeropuerto de Madrid-Barajas dirección a París-Charles De Gaulle con puntualidad británica, y nos alegra ver, nada más aterrizar, un cartel en el aeropuerto de una exposición de Picasso. Haciendo Patria!!

 

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Aeropuerto Charles De Gaulle

Llegamos al hotel donde nos está esperando una suculenta cena y donde vamos conociendo al resto del grupo que hacemos el viaje. Como mañana salimos a las 7 y media (espero que estén puestas las calles), nos retiramos a descansar.

Día 2.- Comprobamos que sí están puestas las calles y partimos hacia Rouen, capital de Normandía, uno de los  trece distritos de Francia. Llegar a Rouen y retrotaernos a la época medieval paseando por su calles, es algo que siempre se quedará en mis recuerdos de este viaje. En esta «ciudad-museo»  tuvo lugar la ejecución de Juana de Arco en Mayo de 1431. La plaza del «viejo mercado» fue el sitio.

 

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Plaza «vieux marché»

 

 

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Toda la vida de la ciudad pasa por esta plaza. En ella también se encuentra el Rte. «La Coronne» estrella michelín,  donde se puede degustar el típico plato «Pato a la rouenne». Tenemos suerte, porque ha amanecido un día precioso para pasear por sus calles y disfrutar de esta ciudad de cuento.

Mención aparte merece la catedral gótica «Notre-Dame» de Rouen, la más alta de Francia, cuyas primeras piedras se remontan a la Edad Media. Esta catedral fue donde el pintor impresionista Claude Monet llevó a cabo  la serie de vistas de la catedral que llevó a cabo entre 1892 y 1894. «El clímax del impresionismo» es así como lo han descrito y admirado maestros posteriores cómo Kandinsky o Wassily.  Son 31 lienzos que muestran la fachada de la catedral en distintas condiciones de luz y clima.

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Catedral Notre-Dame de Rouen

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Otra de las bellezas que se pueden contemplar es el reloj del siglo XIV, así como el Palacio de Justicia, único edificio civil con arquitectura gótica.

 

 

 

Después de disfrutar de la belleza de Rouen partimos para visitar Honfleur, un pueblo marinero que por su luz inspiró a muchos pintores, de ahí que la  llamen «ciudad de los impresionistas». Paseamos por el pueblo visitando su puerto pesquero y las múltiples galerías de arte. Comemos en el  rte. «Le chat que pêche» los famosos mejillones de la zona. Una terraza muy recomendable. Eso sí,  una cerveza, 4,50 € . «trop cher» que diría un francés.

 

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Puerto de Honfleur

El día lo terminamos en Caen. Visitamos la Abadía de los Hombres que mandó construir Guillermo el Conquistador que, en el año 1035, heredó de su padre el título de duque de Normandía. Al decidir instalar su residencia en Caen, hizo construir el castillo sobre una colina rocosa desde donde se disfrutan unas vistas maravillosas.

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Castillo de Caen

 

 

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Calle de Caen

 

 

Durante la batalla del desembarco de Normandía, más del 70% de la ciudad fue destruida y hubo miles de muertos entre la población civil. Su reconstrucción duró 15 años.

Ha sido una jornada agotadora pero bonita, donde vamos conociendo, poco a poco, a todo el grupo que conformamos este viaje.

 

 

 

Día 3.- Una nueva jornada  de aventura. Está nublado pero con muy buena temperatura. Salimos hacia las playas del desembarco. Llegamos a Omaha, playa emblemática. En total fueron cinco playas en las que desembarcaron miles de hombres de diferentes nacionalidades. Según nos va contando la historia nuestra guía, Adeline, una joven francesa que nos acompaña durante todo el viaje,  nos vamos imaginando lo que tuvieron que pasar los hombres que desembarcaron en esa llamada «playa sangrienta» donde hubo más de 2000 bajas en un día.

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Playa de Omaha

 

 

 

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El pasado 6 de junio se cumplieron 73 años de este suceso. Paseamos por la playa contemplando los memoriales y las inscripciones  de los diferentes momentos vividos en ese tiempo. Nos despedimos de la playa muy emocionados para dirigirnos a otro punto importante en nuestro viaje,  el gran Monte Saint Michel.

Subimos al autocar expectantes, removiéndonos en nuestros asientos durante el trayecto, buscando cualquier resquicio por el cristal del autocar donde poder atisbar ese monumento grandioso. Et, vóilà!!!!! Aquí está, majestuoso.

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Mont Saint Michel

Situado en un islote rocoso y rodeado de una maravillosa bahía donde están las mayores mareas de Europa, un bus nos lleva por el puente-pasarela admirando el paisaje en tiempo de marea baja. Su única y estrecha calle de subida y bajada, para acceder a la Abadía y a las maravillosas vistas que se ven desde lo alto, es un hervidero de tiendas y restaurantes donde los turistas compramos, miramos o disfrutamos de su típica gastronomía como la «tortilla normanda» o el cordero «pré-salé».

Dejamos atrás el Monte Saint Michel, a la vez que la región de Normandía, sabiendo que tenemos pendiente volver para verlo en tiempo de marea alta. Un acontecimiento que no nos queremos perder.

Otro lugar espectacular, éste ya de la región de Bretaña, es Saint-Malo, la ciudad de los corsarios. Y para disfrutarlo nada mejor que pasear por sus murallas, junto a la playa y el puerto, por sus callejuelas y  sentarse en cualquiera de sus cafés al aire libre observando el ir y venir de la gente,  músicos tocando, bailando o cantando. Su ambiente hace que nos queramos quedar indefinidamente.

Día 4.- Dinan, Brest y Quimper. Tres joyas de la Bretaña. Después de un desayuno abundante para coger fuerzas, salimos en dirección a Dinan, una ciudad con casas del siglo XV, la torre del reloj de 45 metros y unas maravillosas vistas del rio Orange. Qué maravilla todas estas ciudades en las que el río forma parte de ellas.

 

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Puente levadizo y castillo de la ciudad de Brest

Después de visitar esta ciudad de cuento, salimos hacia Brest. Una ciudad con aspecto totalmente diferente a las ciudades que hemos visto, ya que fue destruida por los intensos bombardeos que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial, a excepción del castillo que en la actualidad es el Museo de la Marina. Su puerto fue estratégico en la época del cardenal Richelieu y el rey Sol.

 

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En el restaurante «Chez Alfred» hemos tenido una comida muy agradable disfrutando de la gastronomía de la región en un ambiente muy divertido. Y de postre, los famosos «crepes» y la sidra típica de esta región.

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De nuevo, volvemos a las ciudades de cuento. Nos espera Quimper, la capital del Finisterre francés. Tengo que decir que son ciudades en las que la tradición y la modernidad se complementan a la perfección. Y qué agradable resulta pasear por sus calles de casas medievales. Quimper tiene como protagonista el río Odet que se puede contemplar desde sus diferentes pasarelas llenas de flores en un entorno muy verde. Su catedral es uno de los mejores ejemplos del arte gótico.

Terminamos la jornada en Benodet, un pueblecito aledaño a Quimper, lugar ideal para pasear antes de que caiga el sol bordeando el río y viendo como se junta con el Océano. Una cena contemplando la bahía es el plan perfecto para una agradable velada que se alarga hasta entrada la medianoche.

Día 5.- Amanece nuevamente un día precioso y con muy buena temperatura. Estamos teniendo mucha suerte en cuanto al tiempo, ya que lo normal por estas tierras son los días nublados y lluviosos. Hoy visitamos Vannes, situada en el golfo de Morbihan  y Nantes.

En Vannes, hoy es día de mercado, así que aprovechamos para dar una vuelta por sus puestos y participar del ambiente festivo. Ciudad fortificada, que en una de las seis puertas de entrada que tiene la ciudad, está la figura de San Vicente Ferrer, monje valenciano, patrón de la ciudad, enterrado en la catedral de Saint Pierre, catedral que domina la ciudad. Un paseo por sus murallas es todo un lujo para los sentidos.

A excepción del día de ayer que tuvimos horario a «la española», el resto de los días ha sido horario francés, es decir, comer a las 12 de la mañana y cenar a las 8 de la tarde. No lo llevamos demasiado mal, ya que el desayuno lo hacemos entre las 7 y las 8 de la mañana. Así que a las 12 aproximadamente estamos ya en el restaurante del hotel Mercure donde nos ofrecen un riquísimo «pato a la bretona» y que recomiendo si vais a visitar esta ciudad.

Próxima parada, Nantes, perteneciente ya a la región del Loira, si bien está muy ligada a  la de Bretaña. Fue famosa en su momento por ser un importante puerto de traficantes de esclavos negros. No podíamos imaginar que en esta ciudad pudiéramos encontrar un Carroussel de los mundos marinos o un elefante paseando por los muelles. Todo esto y más se encuentra en los antiguos astilleros que han sido reconvertidos en un proyecto conocido como «Las Máquinas de la isla».

Ya en el centro, hemos quedado con el guía local que nos va explicando la historia de la ciudad visitando la catedral de San Pedro y San Pablo, de estilo gótico flamígero, el castillo de los Duques de Bretaña, la Torre LU, emblema de las famosas galletas. Nantes también sufrió los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial por lo que al ser reconstruida en parte, se ve una ciudad moderna y a ello contribuye también los espacios de arte contemporáneo que se pueden apreciar en cualquier parte de la ciudad.

Día 6.- Hoy, ya en la recta final,  vamos a Angers, puerta de entrada al Valle del Loira. Plazas animadas como la de Ralliement para tomar algo,  calles peatonales y su imponente castillo medieval del siglo XVII,  son algo que no hay que perderse, al igual que las vistas del río Maine desde el castillo y las bóvedas abombadas con ojivas de la catedral,  un ejemplo del estilo gótico de la región de Angers.

Pasado ya el meridiano de este viaje, debo apuntar que está siendo todo un descubrimiento, tanto en el terreno viajero como en el de las relaciones humanas. Los comportamientos, las reacciones, las formas y maneras de los integrantes del grupo en determinadas situaciones, están siendo todo un aprendizaje para futuros viajes.

Día 7.- Llegamos a París como colofón de una semana maravillosa viendo paisajes de cuento, trasladándonos a otras épocas y saboreando deliciosos platos típicos a cada cual mejor. París nos recibe con nubes amenazando lluvia, pero eso no nos va a frenar y, paraguas en mano, nos disponemos a disfrutar de la llamada «ciudad de la luz» aunque, hoy, esté apagada. Para ello, nos movemos en el metro que es la forma más rápida y fácil de moverse por París, ya que sus estaciones están cerca de los principales monumentos y museos.

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El día pasado por agua, no ha hecho mella en nosotros y por la tarde nos disponemos a visitar el Museo del Perfume. Allí nos cuentan la historia del perfume, el oficio de perfumista y vemos una preciosa colección de frascos antiguos. Todo un viaje olfativo en el corazón de París.

 

 

Día 8.- Hoy amanece un día precioso que aprovechamos para pasear y disfrutar de la ciudad. Con el sol, nos echamos todos a las calles y París es un hervidero de turistas por donde quiera que vayamos. El Louvre, Las Tullerías, La Plaza de la Concordia, El Arco del Triunfo, Las Galerías La Fayette…. Un día aprovechado hasta el último momento.

Día 9.- Hoy sí que podemos decir, c’est fini.  Desde el avión, nos despedimos con un  «À bientôt, la France». Un viaje inolvidable que recomiendo a «tous».

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Autor: marylia4

Madrileña, aficionada a escribir, socialista, cinéfila, amante de la música, cocinitas, inquieta, decidida, curiosa por la vida..... y otros cuentos.

7 pensamientos en “Crónica de viaje por tierras francesas. Normandía y Bretaña.

  1. Avatar de Joanna

    Bravo por ese artículo tan estupendo!!! Un viaje precioso que sin duda nos invitas a hacer en algún momento de nuestra vida por lo bien que está descrito y contado.

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  2. Avatar de mont1977

    Ese viaje me lo apunto en la lista! Tengo muchas ganas de conocer la zona sobre todo la parte del desembarco! A ver si saco yo tiempo para seguir con el mío…q este viaje no me está dando tiempo a nada…

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  3. Avatar de marylia4

    Hazlo porque te encantará. Aunque los tuyos son magníficos. 😘😘😘

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  4. Avatar de Pilar

    Cuando se viaja con el corazón y las ganas de l@s niñ@s por conocer lo nuevo, lo antiguo, el pasado e intentar crear un futuro mejor para tod@s no sólo se viaja, se vive la vida de otr@s y la piel se eriza ante la hermosura de lo añorado y por fin disfrutado. Muy buen relato

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  5. Avatar de barbaragarciacarpi

    ¡Acabo de ver tu gaviota con ese fondo esplendido de la abadía de Sainr Michel! Magnífica fotografía. y estupendo reportaje que invita a ir. Muchas gracias, Marylia. Si antes tenía ganas, ahora más. Un gran abrazo.

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